Madrina
Rondabas por mi dehesa
y un día me hablaste, llegando a mi altura:
-Su buen corazón condesa,
hará que en el toro, yo llegue a figura.
Y ordené a mis mayorales,
conmovida por tu voz:
-Apartarle dos erale,
que a éste lo apadrino yo.
Subiste a los carteles,
en un momento...
los brillos de tus caireles,
son mi tormento.
Madrina,
por fuera jardín de rosa,
por dentro zarza de espina.
Madrina
mi pena es de Dolorosa
mas nadie me la adivina.
No sabes de mi amargura,
pues tu locura sólo es el toro
y a solas me bebo el llanto
de tanto y tanto como te adoro.
Madrina...
madrina, sin un lucero
madrina, sin un "te quiero"...
la gente no se imagina,
que el hombre de mi corazón
me llama sólo: "madrina".
Por culpa de una sonrisa
que echaste a unos ojos
que había en barrera
un toro de mi divisa,
sembró de amapolas tu estampa torera.
-Si se salva Padre mio,
en silencio seguiré
en tus manos los confío,
que eres el del Gran Poder!
De nuevo por las arenas vistes de luces
y yo mi caudal de pena lloro entre cruces.
Madrina,
por fuera jardín de rosa
por dentro zarza de espina.
Madrina
mi pena es de Dolorosa
mas nadie me la adivina.
No sabes de mi amargura,
pues tu locura sólo es el toro
y a solas me bebo el llanto,
de tanto y tanto como te adoro.
Madrina...
madrina, sin un lucero
madrina, sin un te quiero...
la gente no se imagina,
que el hombre de mi corazón
me llama solo: "madrina".
Rafael De León
(1908-1982)
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