Un libro, un vaso, nada
Todas las noches dejo
mi soledad entre los libros, abro
la puerta a los oráculos,
quemo mi alma con el fuego
del salmista.
Qué contraria
voluntad de peligro me desvela,
quiebra la vigilante
sed de vivir de mi palabra.
Todas las noches junto inútilmente
los residuos del día, me distancio
del tiempo funeral del desamor,
consisto en lo que he sido.
(Una mano olvidada entre las sábanas
rompe papeles, incinera
los escombros del sueño).
Oh posesión
de nadie, ¿para qué
tantas páginas vanas, tantos
días vacíos? Mira
a tu alrededor, ¿qué queda? Solos
estamos: toda la ausencia cabe
entre lo verdadero y lo ilusorio. Aquí
mi obstinación es mi alegría:
un libro, un vaso, nada.
José Manuel Caballero Bonald (1-926 - )
No hay comentarios:
Publicar un comentario